24 julio 2022

     LO SABÍAS? 

    1- Cuánto consume el piloto de un calefón? 

  A diferencia de lo que la mayoría cree, la llama de un piloto, sea de un Calefón, un Calefactor, o similar tiene un consumo aproximado de 0,5 m3/día, lo cual equivale a 3 duchas diarias de 6 minutos cada una ó, dicho de otro modo, manteniendo encendido sólo el piloto de un calefón (o calefactor), una garrafa de 10 kg de gas (13 m3) se agotaría al cabo de 26 días. 
     Por su parte, el piloto de un Termotanque consume unos 0,75 m3/día, lo cual equivale a unas 5 duchas diarias de 6 minutos cada una, e idéntica garrafa en las mismas condiciones duraría sólo 17 días con únicamente un piloto encendido
      Así, para el caso de gente que vive sola y cocina poco, muchas veces consumirá más gas por tener el piloto inútil y permanentemente encendido que por sus otros escasos consumos.
      No es poca cosa verdad? 

  
         2- Cuál es la temperatura confortable para el ser humano?
 
    El rango de temperaturas que puede definirse como confortable para el ser humano promedio es aproximadamente entre 20 y 26º C. Hablamos de promedio porque seguramente para un habitante de zonas polares es menos, y para un habitante de las zonas tropicales es más. 
     De estos datos inferimos que, para no sufrir las consecuencias sobre la salud derivadas de exponernos a saltos térmicos demasiado bruscos entre nuestra vida bajo techo (sea en nuestras viviendas o ámbitos de trabajo en general) y al exterior, tanto en verano como en invierno, normalmente un sistema de refrigeración debe graduarse para mantener en el orden de los 24/26º C, y uno de calefacción a unos 20/21º C, pudiendo reducirse a los 15/16º C durante las horas de sueño.  
       Valores alejados de estos márgenes implicarán no sólo gastos de energía innecesarios sino riesgos ciertos para la salud por exposición a saltos térmicos exagerados al momento de ir de un ambiente a otro.
                   Otros datos interesantes al respecto es que, por una parte, un equipo de aire acondicionado en general no puede bajar la temperatura interior en más de 15 grados con respecto al exterior, por lo que si en el exterior hay 40º, adentro dificilmente el equipo pueda bajarla a menos de 25ºC.  Pero por otro lado, debemos saber que no resulta saludable exponer el organismo a temperaturas cuya diferencia con el exterior supere los 12 ºC, así que ambas cosas van en concordancia.
         

        3- Tiene importancia la altura del ambiente 
              a calefaccionar o refrigerar?
 
        La mayoría de la gente está convencida que la altura del ambiente poco tiene que ver al momento de calefaccionarlo o refrigerarlo.  Los más instruidos o cercanos al mundo técnico seguramente opinarán que la altura del ambiente cuya temperatura queremos acondicionar tiene la misma importancia que el largo y el ancho del mismo por cuanto la cantidad de energía necesaria para calefaccionar o refrigerar un ambiente depende no de la superficie sino del volumen de aire cuya temperatura queremos controlar, y hablar del volumen significa no sólo el largo y el ancho sino también el alto. 
        Pero aún ellos “se quedan cortos” pues, particularmente cuando de calefaccionar se trata, la incidencia de la altura es más importante aún que las otras dos dimensiones en tanto no sólo interviene desde el punto de vista dimensional sino porque, a medida que se va calentando, el aire se dilata, se hace más liviano y asciende, implicando esto que el calor subirá y a nuestro nivel su efecto se notará relativamente poco, al menos al comienzo, empeorando drásticamente esta situación cuanto más alto sea el ambiente. 
        Consecuencia: desde el punto de vista de la calefacción, las viviendas de techo plano (con el cielorraso a por ejemplo 2,60 mt) son bastante más eficientes térmicamente que las de techo inclinado (con la cumbrera a, por ejemplo, 4,00 mt).  Y en verano, si bien el aire fresco entregado por el acondicionador permanece mayoritariamente abajo, un mayor volumen a refrigerar requerirá un equipo de mayor cantidad de frigorías.
          O sea, para contestar la pregunta del título: 
                                 la altura tiene importancia, mucha importancia.
      

         4- Cuántas Calorías o Frigorías hacen falta 
               para acondicionar un ambiente?

       Cuántos Vatios en Invierno: una fórmula práctica para calcular la potencia necesaria para calentar una habitación de 2,50 mt de altura máxima, parte de la base de estimar entre 60 y 120 vatios/m2, tomando los valores menores para menores superficies y viceversa. 
     Por otro lado, esta dispersión de valores se debe a que, sea cual fuere el combustible y la fuente calórica utilizada, la potencia necesaria para calefaccionar un ambiente depende de factores como la orientación cardinal, la zona climática, la aislación térmica, la cantidad y tipo de aberturas que tenga la habitación, etc. 
     Y por si todo ello no fuera suficiente como factor de incertidumbre, falta agregar la incidencia no poco gravosa de la altura del ambiente si fuera mayor a los 2,50 mt indicados dado que el aire ascenderá a medida que se vaya calentando, por lo que lo tendremos precisamente donde menos lo necesitamos. 
        Un método más preciso: si en cambio tenemos como dato los metros cúbicos del ambiente a calefaccionar, la fórmula de cálculo de la potencia necesaria en Kcal/hora (ó en Kw/h si lo dividimos por 860), sería: Z x m3,  siendo Z=40 para pasillos y lavaderos, 45 para dormitorios y 50 para sala de estar y comedor.
          Cuántas Frigorías en Verano: Y x m3,  siendo Y=50 para zonas templadas,  60 para zonas medias y 70 para zonas cálidas.
       Obviamente la cantidad de m3 en ambos casos se calcula multiplicando: 
                                                            ancho x largo x alto
         
         
          5- Conocías estos tips para optimizar 
                el acondicionamiento de temperatura?

      a. La temperatura del ambiente no es necesario que supere los 20º C en invierno, ni sea inferior a los 24º C en verano.

 b.  Salvo fríos o calores extremos, se debe apagar el acondicionador de aire durante la noche.   Pero si las condiciones climáticas no lo permiten y hubiera que dejarlo encendido, a los fines de reducir el consumo eléctrico, antes de disponerse a dormir es importante activar la función “noche”, “sleep” o similar que suelen incorporar a los fines de, al cabo de un tiempo programado, readecuar las condiciones ambientales una vez que estemos dormidos, momento en el que nuestra condición nos tornará “menos exigentes” y nuestro organismo será menos propenso a percibir una reducción en la sensación de confort.

c.  Si la habitación tiene cortinas, y cuanto más gruesas mejor, mantenerlas cerradas con el fin de incorporar una barrera más a la aislación térmica.

d.  Cuando haga falta encender el equipo de frío-calor, es imprescindible cerrar todas las ventanas y puertas de la habitación, buscando siempre reducir el volumen a enfriar o calentar para eficientizar la tarea específica por un lado y consumir menos energía por otro.

e.  En el mismo sentido y por las mismas razones que lo dicho en el punto anterior, mantener cerrados los ambientes que no se utilizan.

 f.  Sea cual fuere el tipo de calefactor utilizado, dado que el aire sube al calentarse, en caso de tener algún tipo de circulador o ventilador en la habitación, y mejor aún si es de techo, es conveniente dejarlo en marcha a su mínima velocidad o, al menos, activarlo unos 15 a 20 segundos cada 15 minutos para de este modo hacer circular el aire y con ello “bajar el calor”, uniformando a la vez la temperatura de la habitación.

g.  Si hay que ventilar el ambiente, hacerlo durante las horas más cálidas en invierno (13 a 15 hs) y más frescas en verano (durante la noche), con el aire apagado obviamente.    
     De todos modos la pérdida o ganancia de calor no es tan grande como pudiera parecer porque los muebles y enseres de la vivienda, pero sobre todo los muros, tienen en conjunto una importante inercia térmica que hace que, a poco de volver a cerrar las puertas y ventanas, la temperatura interior no sea muy distinta a la que había antes de abrir.

      h.  No escatimar en burletes cuando resulte necesario en puertas y ventanas.
                 
    i.  Como regla general, la mejor y más económica manera de que una superficie expuesta al sol se caliente lo menos posible, sobre todo en verano, y de manera considerable, es pintándola de color blanco.  Esto aplicado al tema que nos ocupa de la vivienda se traduce en que, de ser posible, siempre que pueda pinte de color blanco los techos y/o muros exteriores de su vivienda.
      
      j. Una de las mayores pérdidas de calor o frío (según si estamos hablando de invierno o verano respectivamente) en una vivienda se produce a través de las aberturas, y más específicamente de las ventanas, y tanto peor cuanto más superficie vidriada presenten.  Obviamente la mejor solución sería colocar vidrios dobles, separados por una cámara de gas inerte o, actualmente, aire. Y mejor aún si son triples.                    Pero esta tecnología es muy costosa.  
     Una forma de mejorar la aislación térmica de las superficies vidriadas, obviamente sin llegar a la efectividad de lo recién expuesto, es aplicar los conocidos  plásticos con burbujas de aire, que tanto nos gusta reventar con los dedos, sobre la cara interior de los vidrios de las ventanas, simplemente rociados previamente con agua, con no despreciable efectividad como aislante térmico, tanto en verano como en invierno. 



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